La archidiócesis de Madrid cuenta con tres seminarios:
- Colegio Arzobispal-Seminario Menor de Madrid. Su finalidad es ayudar a los alumnos a que descubran su vida como vocación.
- Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater – Nuestra Señora de la Almudena. Centro de instrucción diocesana para adultos vinculados al Camino Neocatecumenal en los que se ofrece una formación orientada al ministerio sacerdotal misionero.
- Seminario Conciliar de Madrid de la Inmaculada y San Dámaso. Seminario mayor.
1.- Naturaleza y fines
La formación de los candidatos al sacerdocio se hace a través de cinco dimensiones: humana, comunitaria, espiritual, intelectual y pastoral.
- La dimensión humana es el fundamento del resto de las dimensiones formativas. Consiste en madurar en el amor más verdadero, en un camino de permanente crecimiento a lo largo de toda la vida. Así, el corazón de los futuros pastores estará preparado para ser vehículo del amor de Jesucristo. A través de temas formativos acerca de las virtudes y del conocimiento de sí mismo trabajamos en reuniones de grupo y encuentros con el formador, de tal forma que el seminarista, con la ayuda de los medios que nos proporciona la psicología, va madurando en la capacidad de entrega.
- Muy unida a la formación humana está la dimensión comunitaria. Los seminaristas viven, dentro del seminario, en pequeñas comunidades que les permiten hacer experiencia de vida en común. En ellas crean vínculos de amistad y aprenden a soportar con paciencia las pequeñas debilidades de los compañeros, así como a trabajar juntos en los distintos servicios.
- La dimensión espiritual lleva a los seminaristas a vivir un trato familiar y asiduo con el Padre en la oración, por medio de su hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo. A través de la oración personal y litúrgica, de la dirección espiritual, de retiros y ejercicios espirituales, los seminaristas aprenden a vivir en fuerte amistad con el Señor. Así podrán ser testigos ante los hombres no de oídas, sino por propia experiencia.
- La dimensión intelectual, integrada por el estudio de la filosofía y de la teología, conduce a los seminaristas a poder dar razón de nuestra fe a los hombres de hoy. Esta formación consiste, además de los estudios del grado en Teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, en la lectura profunda de las grandes obras de la tradición cristiana.
- Toda la formación de los candidatos al sacerdocio, finalmente, está orientada a la dimensión pastoral. La finalidad de todo el proceso formativo es preparar a los seminaristas para comunicar a todos la caridad de Cristo Buen Pastor. Los seminaristas hacen esta formación práctica a través de pequeñas experiencias pastorales en las parroquias y en los diversos ámbitos de la caridad cristiana. La pastoral es un tiempo en el que los seminaristas pueden hacer experiencia de los diferentes ámbitos de la vida parroquial y de Iglesia. Con la finalidad de ir, poco a poco, aprendiendo a configurarse con lo que un día serán: sacerdotes. Así pues, el seminario los envía, generalmente de dos en dos, a los diferentes destinos.
2.- Etapas del seminario
- En la etapa propedéutica participan de la vida de una parroquia colaborando en la liturgia dominical.
- Los dos primeros años de la etapa discipular son enviados a otra parroquia, donde desarrollan actividades formativas (catequesis, grupos de jóvenes…).
- El tercer año de la etapa discipular desarrollan una pastoral social (hospitales, residencias) donde se encuentran ante la cara menos visible de la Iglesia.
- En la etapa configuradora, en el cuarto y quinto año de formación, vuelven a la parroquia con mayor responsabilidad y teniendo una mayor presencia en la misma.
- El último año de la etapa configuradora inserta a los seminaristas en la vida de la parroquia donde serán enviados pastoralmente, y reciben cursos especiales sobre distintos aspectos de teología pastoral.
- En la última etapa del seminario, la etapa de pastoral, ya como diáconos, los candidatos al sacerdocio se introducen de forma más profunda en la vida parroquial y diocesana.
