La Delegación Episcopal de Exequias es un servicio que tiene encomendado los tanatorios, cementerios y crematorios presentes en el territorio de la diócesis de Madrid.
Al frente de la misma está Alberto López Recuero, diácono permanente de la diócesis de Madrid. Cuenta con la colaboración de numerosos capellanes, diáconos permanentes, así como seglares, que se encargan de la atención en los diferentes tanatorios y sacramentales.
1.- Celebraciones
El mes de noviembre sigue siendo el mes en el que los católicos vuelven su mirada a los cementerios. De hecho, se mantiene la costumbre de visitar estos espacios en torno a los días 1, festividad de Todos los Santos, y 2, conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Además de las celebraciones en las parroquias, es habitual que en los cementerios de los municipios de nuestra diócesis se celebren Eucaristías o responsos, que son aplicados por todos los fallecidos. La limpieza y mantenimiento de estas necrópolis, en especial de los de titularidad parroquial, es una constante, aunque resalta más en estas fechas en las que los fieles se acercan a ellas portando flores en recuerdo de sus seres queridos.
En concreto, el día 1, el arzobispo celebra la Eucaristía en la capilla del cementerio de la Almudena, el más grande de la diócesis, y consuela a todos los fieles en ella presentes.
Otra de las constantes de la Pastoral de Exequias es, como es lógico, la atención en los tanatorios. Se practica de forma continuada: 24 horas al día, los 365 días del año. Junto con la escucha y el acompañamiento en esos momentos de dolor, también se ofrece la posibilidad de rezar responsos e, incluso, de celebrar la Eucaristía por los seres queridos en aquellos centros que disponen de capilla.
2.- Acompañamiento
El acompañamiento en el Duelo es también una característica que distingue a los sacerdotes, diáconos permanentes y laicos que se dedican a esta pastoral. Conscientes de la importancia de estar cerca de aquellos que acaban de perder a un familiar o amigo, y de hacerlo desde la empatía, en muchas ocasiones han seguido cursos que les capacitan para ofrecer consuelo y aliviar el padecimiento de esas personas.
Aplicar el Couselling y la relación de ayuda en el impacto de la muerte facilita que el deudo normalice emociones. Como facilitadores, además de orar por el alma del difunto, se dan pautas a su familia para que planifiquen su futuro, especialmente para prevenir que su duelo se complique. La escucha unida a la oración facilita el afrontamiento de situaciones nuevas que surgirán inevitablemente en sus vidas tras la pérdida. Se Intenta realizar esta actividad durante el tiempo orientado durante la visita pastoral a la sala velatorio.
Todo ello, sin olvidar otra de las prácticas cada vez más habituales en nuestra sociedad: la del rezo de una oración en los crematorios como despedida del ser amado.
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