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El SARCU -Servicio de Asistencia Religiosa Católica de Urgencia– es un equipo diocesano que, dentro de lo que fue en buena parte de 2024 la Vicaría para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación, se integra en el Secretariado de Pastoral del Tráfico, por la relación que mantiene en su planteamiento y tarea con la Guardia Civil, Policía Municipal, SAMUR y otros servicios de urgencia.

Se trata de un servicio activo desde el 15 de mayo de 2017 que, desde las 22:00 horas hasta las 7:00 de la mañana, todos los días del año, se pone en marcha para atender exclusivamente situaciones urgentes, siempre por un presbítero.

1.- Objetivo

Con el servicio del SARCU, la Iglesia en Madrid quiere ser en la noche una puerta abierta para que, a través del teléfono, quien se encuentre en una situación urgente que no pueda esperar a que sea de día, tenga, si quiere, la atención de un sacerdote de la archidiócesis.

El SARCU ofrece a quien lo necesite, y dentro del horario nocturno ya mencionado, a un sacerdote y lo que él puede aportar ante casos urgentes y graves: moribundos, situaciones de peligro físico vital o psicológico, grandes accidentes o catástrofes, violaciones de derechos humanos que requieren una actuación rápida… También ante situaciones muy graves de dolor, angustia, dificultad, etc., en las que la persona requiere ser escuchada y acompañada por un sacerdote, y no puede aguardar a los medios normales y profesionales que existen de día. Cuando quien llama no está en ninguna de esas situaciones de urgencia, se le escucha de forma activa, pero, con rapidez, se le explica que su situación debe ser atendida en horario diurno por los muchos medios presenciales o telefónicos existentes.

El SARCU también está preparado para, en caso de una urgencia masiva, activar rápidamente a todos los sacerdotes colaboradores, a cualquier hora del día o de la noche.

Su Plan de Acción para 2024, igual que en los años anteriores, enfatiza estar muy atentosal tipo de llamadas que se recibe para, desde su análisis, poder ofrecer recursos materiales y apoyo fraternal a los presbíteros colaboradores, cuya atención es tan prioritaria en el SARCU como ofrecer el mejor cuidado posible, como sacerdotes, a quien llama.

Aunque el SARCU se pensó y se define como un servicio para Madrid, la realidad hace que en 2024 se haya mantenido la atención a las llamadas recibidas desde toda España (que terminan siendo más numerosas que las hechas desde Madrid), y algunas desde el extranjero.

2.- Funcionamiento general

Los sacerdotes que deseen formar parte del SARCU (tanto seculares como regulares, estén en activo o ya jubilados) se inscriben libremente.

Al hacerlo, desde la dirección y coordinación del SARCU (llevadas por un diácono permanente y un presbítero, respectivamente) se les explica bien cómo es el SARCU, cómo funciona evangélica y eclesialmente y cómo es el funcionamiento material, y, en fin, todo lo parecido para que el sacerdote pueda confirmar conscientemente su deseo de ser del SARCU. Se le entrega un carné y un cartel para el coche indicando a quién llamar si en algún momento de la noche ha habido que dejar el vehículo en un sitio que pueda molestar. También se le entrega un Prontuario donde, además de describir todo paso a paso, se incluyen recursos útiles que pueden ofrecerse a quien llama, consejos para situaciones especiales -ideaciones suicidas, problemas psicológicos graves…-, teléfonos que el coordinador ha descubierto por los “informes” (véase más abajo) que es mejor no atender, etc.

Ningún sacerdote colaborador del SARCU cobra nada por su servicio. Aunque el SARCU se ofrece a cubrir posibles gastos (tener que coger un taxi, una posible multa por aparcar con prisa donde no se debe…).

Cada sacerdote puede buscar en su comunidad o grupos a un/a (o varios) “acompañante”. Además de ser de ayuda práctica en las salidas que pueda tener que realizar, colaboran a visibilizar que la celebración que se realiza es de la Iglesia. Generalmente, son laicos/as, aunque también hay religiosas.

3.- Organización

La organización material del día a día (la “noche a noche”) es sencilla, y pero eficaz:

  • Cada 3 meses, el director y el coordinador elaboran un calendario de «guardias» que envían a todos los sacerdotes colaboradores (si a lo largo del trimestre alguien no puede hacer una guardia, lo comunica y se le busca un substituto).
  • Cada noche, a las 22:00, el móvil con el teléfono del SARCU se deriva manualmente al número de teléfono del sacerdote que tiene esa guardia (así, quien llama siempre ve en su móvil el teléfono del SARCU, nunca el del cura) y, a las 7:00, se quita esa derivación.
  • Por su parte, el sacerdote colaborador -además de coordinarse con su acompañante, si lo tiene- prepara los óleos y el viático por si fueran necesarios, repasa en el Prontuario lo que sea preciso, comprueba que el teléfono tiene batería y el volumen del timbre al máximo, etc. No tiene por qué quedarse despierto: si hay una llamada, ya escuchará el teléfono.
  • El sacerdote atiende las llamadas que puedan producirse. Como ya se ha indicado, con mucha brevedad aquellas que no correspondan al SARCU (que en ningún momento quiere ser un teléfono de escucha indiscriminada). En unas llamadas, la escucha activa y la empatía serán la regla de oro, sin olvidar -si se puede- aconsejar que se acuda a profesionales en aquellas situaciones que así lo exigen. Y, en otras, el sacerdote juzgará si debe llamar y exponer la situación al SAMUR o a otras entidades civiles. Por supuesto, habrá situaciones en las que acuda físicamente al lugar desde donde se le demande para celebrar la unción de enfermos, o hacerse presente -si es razonable- en un fallecimiento que acaba de ocurrir, o, en fin, en cualquier situación en la que, a su juicio, sea bueno pasar del contacto por teléfono al contacto tú a tú.

  • En los días siguientes, el sacerdote envía un muy sencillo informe de su guardia a la coordinación del SARCU. El conjunto de esos informes permite tener una visión global de las necesidades que se plantean, de los recursos que se pueden ofrecer a los sacerdotes, de qué tipo de formación puede necesitarse, de si hay teléfonos con los que conviene hablar de día para recordarles que el SARCU es un servicio de urgencia y no para lo que ellos están llamando repetidamente… Es importante tener en cuenta que el SARCU -en cuanto servicio de urgencia- no ofrece acompañamiento posterior a la llamada de la persona que la hizo. Por eso, en la llamada se insiste en que los problemas de quien ha llamado se planteen a través de la parroquia y/o profesionales.

Durante 2024, el SARCU ha contado con la colaboración de entre 32 y 35 sacerdotes. Tras la carta del cardenal José Cobo a los sacerdotes diocesanos, fechada el 29 de diciembre de 2023, se produjeron diferentes altas. Como siempre, a lo largo del 2024 ha habido bajas por enfermedad, destino a otras diócesis…

4.- Acciones realizadas

En 2024, desde dirección y coordinación se realizaron las siguientes acciones:

  • Organización de la asignación de guardias
    • Atención a los informes, tanto para valorar y desarrollar lo hecho por el cura como para ver si se requiere alguna intervención de día
    • Atención a las posibles bajas y, por supuesto, a las posibles altas, para acompañar especialmente las primeras noches de «rodaje»
    • Atención a las demandas de prensa, tanto escrita como audiovisual y digital
    • Mantener la «publicidad» y convocatoria de sacerdotes en los espacios diocesanos en los que se ha participado por la razón que fuera
    • Mantener la entrada principal del SARCU dentro de las varias que hay en la web de Pastoral Social: https://www.pastoralsocialmadrid.com/sarcu-servicio-asistencia religiosa-catolica-urgente/
    • Cuidar la felicitación de Navidad y la de Pascua a todos los sacerdotes, así como la felicitación por el patrón «oficioso» del SARCU: san Nicodemo

  • En mayo del 2024 se planteó un sondeo anónimo a los sacerdotes colaboradores sobre su visión del SARCU, su vivencia personal, posibilidades de cambios y mejora, etc. Los resultados se incluyeron en la programación del curso pastoral 2024-2025
  • Desde los sacerdotes colaboradores y acompañantes:
    • Atención las 365 noches del año de 22:00 a 7:00, y envío posterior de un informe técnico
    • En 2024 se han atendido en torno a las 000 llamadas (probablemente más, porque, a veces, el sacerdote olvida enviar el informe)
    • En 9 ocasiones se ha pedido de forma urgente la Unción de enfermos (y en otras 3 que no pudieron atenderse por hacerse desde provincias lejanas de Madrid). También se ha acudido a 3 casas ante un fallecimiento recentísimo. Y 2 veces el sacerdote consideró conveniente ir a ver físicamente a la persona que llamaba
    • En todas las llamadas en las que había oportunidad (prácticamente en todas), el sacerdote invitaba a consultar los problemas que se le estaban contando con un profesional adecuado y, en cualquier caso, a que si se era cristiano se fuera a la propia parroquia

  • Nunca se pregunta por la religión o creencias o confesión de la persona que efectúa la llamada. Pero 4 expresaron por su cuenta ser “del culto”, 3 dijeron ser musulmanes, y 1 ortodoxo rumano
  • Desde las llamadas en las que hubo oportunidad de saber desde dónde se contactaba (y, como queda dicho, a partir de los informes que sí se han enviado), aproximadamente el 55 % se realizaron desde fuera de Madrid. En el año ha habido 4 llamadas desde otros países de Europa, 2 desde América Central y Sudamérica, y 1 desde Canadá.
  • Por respeto a la privacidad general de los llamantes, no se ofrecen datos del tipo de llamadas y demandas que expresan quienes llaman. Muy globalmente, puede decirse que la mayoría, no todas, pueden encuadrarse en alguno o varios de estos temas (enumerados sin orden especial): petición de sacramentos (incluyendo con cierta frecuencia el “confesarse por teléfono”), situaciones muy graves de angustia y dolor, soledad muy marcada, enfermedad, problemas de conciencia, preguntas relacionadas con prácticas mágicas (muy abundantes), desesperación (a veces, ciertas ideaciones suicidas) y temas no relacionados para nada con el SARCU o que pueden tratarse sin problema de día. De todas las llamadas recibidas a lo largo del año, 6 fueron bromas.

El 19 de junio se celebró en el Seminario un encuentro fraterno y festivo de todo el SARCU con el arzobispo, cardenal José Cobo. Fue muy bien valorado y hubo acuerdo general de que este tipo de espacios “cálidos”, y sin objetivos inmediatos de trabajo o formación, había que repetirlos.